Leonor Antón (Cartagena, 1986) es, entre otras muchas cosas, una artista multidisciplinar. Su poesía es una fiera indómita que la desgarra y nos entrega sus entrañas en forma de versos. Su próximo libro se llama Olvido – editorial Mueve tu lengua-. Es una bestia delante del objetivo, y a través de sus videopoemas puedes viajar a los mundos oníricos que habitan en el interior de la escritora. No es de extrañar que después de conocerla empieces a creer que dios existe, pero con cuerpo y rostro de mujer.
Publicado por Ana Casado

Empezaste a escribir siendo muy pequeña, ¿de qué escribía esa Leonor niña?
Sobre todo experiencias del día a día, no tenía la capacidad de inventar y desarrollar como tengo ahora… Imaginaba, soñaba y anhelaba muchas cosas, echaba de menos lo que nunca tenía y, sin embargo, a la hora de escribir existía un “monotema”: Mi vida. Siempre fui una niña sumamente observadora, callada, algo atormentada e introvertida, hacía lo posible por pasar desapercibida, lloraba sutilmente con gran facilidad y carecía de valentía. Ocultarme en la casa árbol de la finca en la que vivía o en su buhardilla simbolizaba adentrarme en mi propio mundo y aislarme. Todo cambió sobrepasada la adolescencia.
La musa, es el título que da nombre de uno de tus libros, ¿cuál es el artista, vivo o muerto, del que te hubiese gustado ser la musa?

Creo que habría sido divertido ser musa de Warhol (divertido en el sentido más amplio de la palabra). Ser la sexta o séptima musa de Warhol… a lo Nico pero sin flequillo.
Cuando la poesía parecía estar reducida a determinados círculos, de repente vivimos un resurgir -hace unos años- y un nuevo boom poético. ¿A qué crees que se debe ese aluvión de nuevos poetas y ese movimiento de jóvenes interesados en el género?
A las redes sociales principalmente, hoy día siguiendo el #poesía encuentras cerca del millón de publicaciones, no digamos en inglés, y esta cifra continúa creciendo. Ha habido una implicación mayor en todas las ramas del arte por las nuevas generaciones, una actualización de las mismas, un servicio y entrega mayor y más amplia que en otras épocas, ahora expresar lo que sientes está al alcance de todos, es gratis, accesible, terapéutico y parece darle un sentido a nuestro lugar en el mundo. ¿Hay algo más sano?
Gabriel Celaya decía que la poesía era un arma cargada de futuro. ¿Cómo podemos hacer de ella algo verdaderamente efectivo con todo lo que está pasando a nuestro alrededor?
Únicamente los actos de rebeldía son los verdaderamente efectivos; y me refiero a lo revolucionario y no al vandalismo. Lo poesía fue, es y será, otro de tantos medios por los que hacer llegar la queja, la protesta, el desacuerdo, el sufrimiento… Sin duda continúa siendo un arma cargada de futuro, probablemente ahora más que nunca.
¿Cómo dirías que está el sector editorial en este país para los nuevos autores?
Hay unas tres mil editoriales en España, decenas de concursos literarios cada mes, recitales, micros abiertos y jams prácticamente a diario en las diferentes ciudades del panorama nacional. Realmente no creo que esté mal, pero sucede como con todo, a algunos les va mejor y a otros les cuesta un poco más. Escribir creo que está por encima de esas limitaciones; mi pareja lo compara siempre con jugar al fútbol, me dice siempre que él llegará a un punto en el que tendrá que dejarlo porque le falle una articulación por ejemplo, pero que yo podré escribir a los cuarenta, cincuenta, sesenta, setenta, ochenta… Y si mi cabeza funciona bien hasta el día en que muera no me hará falta dejar la escritura a no ser que yo quiera, y dudo mucho que tal cosa suceda.
¿Si pudieses viajar en el tiempo, en qué hecho pasado te gustaría estar presente?
Me gustaría vivir el barro del Verano del Amor… Y llevar coronas de flores.
¿Cuál es la mayor fortaleza de Leonor Antón?
Ponerme a prueba, creo que hacer tal cosa y experimentar es lo que más lejos me ha llevado en la vida. No tolero una vida lineal, me destruye y marchita. Necesito vivir experiencias fuera de lo común, me rejuvenece.

Háblanos de tu alter ego, Sofía ¿Cómo es ella?
Sofía fue una niña instruida para ser una musa, creo que tal hazaña ya conlleva bastante una diferencia; su infancia le marcó mucho y cuando alcanzó la madurez no sabía muy bien cómo enfrentarse a la realidad. Siempre suscitó interrogantes, inspiró a artistas que la retrataron, esculpieron y escribieron sobre su existencia en novelas y poemarios. Una musa siempre fue algo conceptual, sin embargo, en la obra “La musa” se plantea cómo sería una mujer de carne y hueso, en el siglo XXI, con sus errores, inquietudes, fracasos, triunfos… Pero, con la enorme peculiaridad de ser una musa viva.
¿Qué es la felicidad para ti?
Considero que la felicidad se construye en base a muchos factores. No soy feliz todo el tiempo, pero sí todos los días en algún momento. La felicidad radica en las pequeñas grandes cosas que nos hacen verdaderamente humanos y, también, en el momento en que lo más idílico y maravilloso se hace realidad. Es una dualidad entre lo simple y lo soñado. Por ejemplo, saber que mi familia está bien y todos gozan de salud me hace feliz. Un abrazo me hace feliz. Los procesos creativos, escribir, publicar… Obviamente, me hacen muy feliz.
EN LLAMAS
¿Qué tiene que tener una persona para que encienda la chispa en ti?
La nobleza y la bondad me atraen mucho. La inteligencia y hacerme reír también. Ya si aguanta mi forma de ser… Lanzamos confeti.
¿Qué parte de tu cuerpo odias que te toquen?
Ninguna.
Un error cometido
Todos.
Un autor imprescindible
José Ignacio Montoto. Y luego una lista interminable que va desde Pizarnik, Plath, Ralp Waldo, Margaret Atwood, Whitman, T.S. Eliot, Neruda, hasta los nuestros, Rosalía De Castro, Lorca, Panero, Celaya, José Hierro…
Una obsesión
La juventud.
¿Cuál de los 7 pecados capitales dirías que te define mejor?
Lujuria.
¿Por quién pondrías, a día de hoy, las manos en el fuego?
Creo que por nadie.
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