María Pérez Herrero es toda una pionera en su campo, ha estudiado el feminismo histórico desde diferentes puntos de vista y ha introducido todos sus conocimientos en obras de extrema profesionalidad como Ni locas, ni tontas (Espasa) o El sol, Doña Emilia y la marquesa. De esta última hay dos representaciones, una tuvo lugar en el Teatro Pablo Iglesias de Alcobendas, el pasado 30 de mayo, y otra será en el Teatro Ateneo de Madrid el próximo 19 de junio a las 19 h.

No hemos querido quedarnos fuera de esta forma tan clara y reivindicativa que tiene María de invocarnos a las grandes mujeres de nuestro país, ya sea a través de las hojas o del teatro. Y hemos tenido la oportunidad de hablar con ella en esta entrevista interesante, y sin duda emocionante. María nos atiende encantada y comparte con nosotros la pasión y el amor por la historia, la literatura y el feminismo.


En su anterior libro, Ni locas, ni tontas, nos habla usted del Lyceum Club Femenino, una asociación de mujeres de Madrid entre los años 1926 y 1939. ¿Dónde nace su interés por este tema tan desconocido para el gran público?


M: Desde mis perspectiva feminista siempre es necesario e interesante investigar y conocer el pasado, pues descubro hechos y momentos esenciales. Así que leyendo sobre la historia de España en ese período tan convulso (siglo XIX, y principio XX), que en mi época en el colegio se pasaba por alto, descubrí esta asociación Lyceum Club tan peculiar; por un lado eran mujeres acomodadas, pero que reclamaban cambios en la situación de la mujer, pedían el voto y cambios en el código civil para tener los mismos derechos que los hombres, y también que su Club fuera apolítico y aconfesional. Fue toda una transgresión a la sociedad patriarcal tradicional.


¿Considera que estas mujeres han influido en el feminismo de hoy en día?


M: La mayoría, sobre todo las fundadoras iniciales del Club, eran mujeres instruidas, habían viajado y eran conocedoras de la situación ya más avanzada de la mujer en Europa. Aquí en España el feminismo estaba encorsetado por la sociedad tradicional y por la iglesia, recordemos que ya Emilia Pardo Bazán dijo «Aquí no hay feministas ni mansas ni bravas. En Europa y América avanza lo que aquí no da señales de vida». Creo que estas mujeres abrieron un camino básico, que luego se ha ido cimentando. Pedir el cambio en el código civil para que la mujer pudiera ejercer la tutela de sus hijos era algo innovador y atrevido, el marido tenía siempre la patria potestad, el control económico. Todo esto se mantuvo hasta 1975. Nuestras madres necesitaban el permiso del marido para sacarse el pasaporte o tener el carnet de conducir.


En dicho libro, Clara Campoamor dice a un inculto periodista ¿Dónde queda el esfuerzo, el reconocimiento de la sociedad[…], los derechos, el voto de la mujer? ¿Qué podríamos responderle a día de hoy?


M: Creo que poco se le ha reconocido a Clara Campoamor el esfuerzo tan tremendo que tuvo que hacer para conseguir el voto de la mujer. Este hecho significó mucho en la mujer de su época, la empoderó, fue un cambio radical de mentalidad. El cambio de la mujer parte de ahí, de su reconocimiento de que forma parte de la sociedad. Además, y no menos importante, las clarificadoras conferencias que dio, por ejemplo, sobre la pérdida de derechos de la mujer cuando se casaba (pues por ley todo pasaba a manos del marido): «Antes de que te cases mira lo que haces». Su defensa del trabajo de la mujer y del mismo salario que el hombre. Su petición de derechos. Si la viera volvería a darle las gracias millones de veces.

Dicha obra es evidentemente reivindicativa y atrae a lectores que buscan saber más sobre el feminismo y mujeres históricas e influyentes. ¿En qué considera que debiera seguir avanzando la sociedad para parecerse más a los ideales que perseguían aquellas mujeres? ¿Qué seguimos haciendo mal?


M: Efectivamente, se ha avanzado mucho en leyes, en normativa… pero la estructura básica de la sociedad todavía es muy patriarcal, arrastramos pequeños micromachismos que habría que corregir, hay “quejas varoniles” de que ahora se habla todo el rato de las mujeres… ja, ja, me da risa. Y pienso ¿puede molestar eso?… “el rey destronado”, el rey de la casa, en la sociedad, en el trabajo…, pues sí, efectivamente ahora hay que compartirlo, somos iguales.


En su nuevo libro, El sol, Doña Emilia y la Marquesa, nos muestra una obra de teatro novedosa y atractiva para este centenario de la autora a la que se refiere. ¿Qué le llevó a crear esta idea? ¿Cuál ha sido su proceso?


M: Emilia Pardo Bazán fue una gran escritora y mucho más. Reflejó el ambiente de su época, con personajes y tramas muy innovadoras, feministas (La Tribuna, sobre las mujeres obreras en una fábrica de tabaco, Diario de un solterón —la mujer que quiere estudiar y trabajar y rechaza el matrimonio— o Insolación, describiendo la mujer como sujetos deseantes y no solo objetos de deseo). De ahí, de Insolación bebe mi obra de teatro; una novela magistral atrevida, de una mujer transgresora que tiene deseos. Rescato a una EPB en diálogo con su personaje, esta marquesa que tiene un desliz amoroso voluntario y consentido en la Pradera de San Isidro. Una apuesta a la voluntad de la mujer para cumplir su deseo físico.


En este libro nos da una nueva imagen sobre las veleidades tanto de Bazán como de Asís. ¿Considera que algunas partes de su personalidad han sido ocultadas por el machismo histórico durante algún tiempo? ¿Por qué considera importante reivindicarlo?


M: Efectivamente esta obra, Insolación, estuvo muy criticada. De ella Clarín dijo: «un episodio de amor vulgar, prosaico, es decir, de amor carnal no disfrazado de poesía, sino de galanteo pecaminoso y ordinario: Es la pintura de la sensualidad más pedestre». No fue bien acogida en esa sociedad tan encorsetada. Recordemos que en esa época todas las novelas de mujeres “adúlteras” terminaban en la muerte, suicidio, o rechazadas por la sociedad (Ana Karenina, Madame Bovary, la Regenta). Aquí es totalmente lo contrario, aquí la protagonista se levanta de su noche amorosa y “despeinada alegre más fresca que el amanecer abre (el balcón) de par en par sin recelo o más bien con orgullo…. dando a su amor un baño de claridad solar…”. Un final feliz.


Se cumple el centenario de Emilia Pardo Bazán, la primera mujer cronista de Madrid y toda una protagonista de la escena cultural de finales del S. XIX y principios del XX. ¿Qué hace que su imagen haya perdurado de una forma tan relevante hacia nuestros días?


M:
Era polifacética, innovadora en la escritura —naturalista—, traductora, periodista, condesa y vivía de su trabajo, casada y con amante, polemista, no se callaba nunca y rebatía con ardor ideas machistas, solicitó ingreso —denegado— en la Academia de la Lengua, fue la primera catedrática de universidad en España… En fin, una mujer así es para perdurar…


El sol, Doña Emilia y la Marquesa se estrenó en el Teatro Pablo Iglesias de Alcobendas el 30 de mayo de 2021. ¿Que nos puede contar? ¿Quién participa en el elenco?


M: Sí, después de escribirla, hablé con la asociación Entreguiones y con la Asociación Divarte, de teatro amateur en Alcobendas, luego con el ayuntamiento, salió todo rodado. Es una apuesta cultural que el ayuntamiento no quiso desperdiciar. Y como yo también dramatizo mis personajes femeninos de la historia que escribo (Elena Fortún, Zenobia Camprubí, María Lejárraga…), pues me armé de valor y fui doña Emilia pasado día 30 en Alcobendas.

Se nota en la lectura de dicha obra que usted conoce a la perfección la novela Insolación de Emilia Pardo Bazán, ¿Qué le atrajo tanto de aquella obra para convertirla en punto clave de su libro?


M: Es toda la obra magnífica en costumbrismo (la Pradera de San Isidro, los personajes de feria…) original en feminismo (mujer feliz en su transgresión, que desea, la mujer transgresora de las buenas costumbres…, hedonista —como era ella, que disfruta— y salen muchos temas de su lectura; la doble moral hombre/mujer: la teoría y la realidad como dirá Gabriel Pardo (personaje muy importante, que ya apareció en Los Pazos y la Madre Naturaleza). Vocabulario. Expresiones populares. Novela corta muy bien estructurada, que mantiene el interés en todo momento. Con un desenlace atrevido para la época, que estuvo muy censurado y criticado.


Sobre el Madrid histórico. ¿Cree que debería haber habido una mayor reivindicación por parte de los ayuntamientos hacia las figuras históricas como Galdós o Bazán en sus centenarios?


M: Sí, cierto. Pero más aun, no solo en centenarios sino siempre. Son escritores geniales que deberían ser más leídos.


Gracias por sus libros y por seguir reivindicando unas figuras libres y esperanzadoras en un tiempo como el que vivimos.


Gracias a vosotros por abrir ventanas de cultura.


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Entrevista realizada por CRISTIAN LIUVA
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