En 1993, la cadena norteamericana Fox Broadcasting Company estrenaba una serie de misterio y ciencia ficción llamada The X-Files, creada por el hasta entonces guionista de The Disney Sunday Movie. Esta serie, que empezó con un presupuesto relativamente bajo y por la que se apostó de una forma relativa, más como un “a ver qué pasa” que no como una jugada segura, acabó durando nueve temporadas (tuvo una décima años más tarde), ganó en cuatro ocasiones el globo de oro a mejor serie dramática y cosechó diferentes premios Emy. Fue y es considerada una serie de culto (también una serie freak), dio lugar a dos películas y, para bien o para mal, marcó la carrera de sus dos actores protagonistas.

La trama y los personajes

 La trama inicial de The X-Files, empieza cuando el FBI decide que una agente sin demasiada experiencia, unnamed-7de nombre Dana Scully (Gillian Anderson), una mujer con carrera de médico forense, supervise el trabajo que está haciendo otro agente en un despacho situado en el sótano de las oficinas en Quantico, Virginia. Este agente, Fox Mulder (David Duchovny), al que algunos llaman “Spooky” (escalofriante), investiga él solo fenómenos paranormales y casos extraños relacionados con las ciencias ocultas, así como con la posibilidad de apariciones extraterrestres. Durante la primera y la segunda temporada, casi cada episodio terminaba con Scully escribiendo un informe en su ordenador, dirigido a los superiores que le habían asignado la vigilancia sobre el trabajo de Mulder, pero poco a poco esto se fue diluyendo.

Fox Mulder era un especialista en perfiles psicológicos de asesinos en serie, sin embargo su fijación en la desaparición de su hermana, le hace dedicarse a los expedientes X. Es un tío carismático, con cierto encanto, positivo y dinámico, que se mueve más por intuición y por ganas de ir a lo raro que por hechos.

 También durante las primeras temporadas, los episodios de la serie eran capítulos no relacionados entre ellos, en cada uno de los cuales Mulder y Scully investigaban algún fenómeno no explicable científicamente (personas con mutaciones genéticas imposibles, monstruos de leyendas literarias o populares, sospechas de apariciones de hombrecitos verdes, etc.) Sin  embargo, de alguna manera, yo creo que no de forma planeada, Chris Carter fue derivando la serie hacia un hilo argumental continuo que no aparecía en todos los capítulos, pero que fue cobrando protagonismo a partir de la segunda y tercera temporada. Este hilo parte de la creencia de Mulder en la existencia de vida extraterrestre que habita en la Tierra y su convicción de que existe una conspiración de grandes líderes o personas muy poderosas para ocultarlo, empezando por el mismo gobierno para el que trabaja. Esta creencia nace del recuerdo que tiene Fox Mulder sobre la desaparición de su hermana cuando era pequeño, según él, abducida. El contraste entre Mulder, con tendencia a dar crédito a lo inexplicable y a buscar siempre la parte más oscura de los casos, y Scully, que viene de la escuela científica y busca siempre una explicación creíble, es uno de los principales atractivos de la serie, ya que este contraste va en paralelo a la creciente química entre los dos agentes especiales del FBI, hasta llegar a una tensión sexual que no ha conseguido superarse en la televisión.

 A medida que la teoría de la conspiración se va construyendo, aparecen nuevos personajes estables en la serie, empezando con el Supervisor Skinner (Mitch Pileggi),unnamed-10 encargado de vigilar a Mulder y Scully inicialmente, apartándolos del camino que van tomando, a base de hacerles investigar otro tipo de casos (los capítulos “sueltos” que no siguen la trama conspirativa). El personaje de Walter Skinner es constantemente saboteado por Mulder y Scully, que suelen hacerle muy poco caso y le desesperan, llegando él a valorar el cierre, tras la cuarta temporada, de los Expedientes X, hasta que volverán a reabrirse por lo sucedido al principio de la quinta temporada. Skinner acabará creyendo en los Expedientes X y siendo un defensor de estos; será la mano detrás de la cortina que lucha en la sombra contra los conspiradores.

 unnamedEl personaje más interesante, como acostumbra a pasar, es el que contrarresta al protagonista, al que en la serie se denomina como The Smoking Man (el fumador, interpretado por William B. Davies). Este personaje es el encargado de mediar entre los detectives del FBI y los conspiradores. Considera que matar a Fox Mulder daría crédito a todas sus teorías y juega un papel acorde con el misterio de toda la serie, entre facilitar pistas a Mulder y Scully y proteger a los conspiradores, desviando a Mulder de la investigación principal a base de pequeños detalles que hacen mantener su investigación pero no acercarse demasiado.

 unnamed-2 También como miembros de la conspiración con diferentes roles, aparecen otros personajes menos importantes, pero que forman parte de la trama principal. Destacan Marita Covarubias (Lauire Holden), una científica con información sobre la presencia de alienígenas en la Tierra, y unnamed-3Alex Krycek (Nicholas Lea), mano ejecutora de los conspiradores que, mientras recibe órdenes de ir eliminando pruebas y testigos tras los que van Mulder y Scully, va metiéndose en el fango cada vez más. Si bien hay otros personajes terciarios que siguen la trama, estos dos aparecen en los episodios claves y hacen avanzar la acción, de forma que cuando los veías, sabías que algo grande iba a pasar. Además, acaban liados en un polvo salvaje. La “mierda” de toda la conspiración les acaba absorbiendo y ayudan a perfilar la malicia de los conspiradores. Cabría quizá añadir a Deep Throat (Garganta Profunda), personaje que va suministrando información a Mulder respecto a la conspiración.

 unnamed-4Otros personajes curiosos son los tres freaks, que en ocasiones proporcionan datos y ayuda a Mulder. Son tres tipos encerrados en un despacho lleno de ordenadores y que publican una revista sobre conspiranoias varias. Estos personajes son John Fitzgerald Byers (Bruce Harwood, el de la izquierda), Melvin Forhike (Tom Braidwood, el de en medio) y Richard “Ringo” Langly (Dean Haglund, a la derecha de la foto). Cuentan con la particularidad, respecto a The Smoking Man, Covarubias y Krycek, de que aparecen también en episodios no relacionados con la trama principal, aunque al final quedan vinculados a ella.

unnamed-5 ¿Y cuál es esta trama principal? Fácil: la hermana de Fox Mulder fue abducida.  Así lo cree él a pesar de las diferentes teorías y evidencias que primero Scully, después Skinner y después otros intentan ponerle delante. Siempre que Mulder intenta averiguar qué ocurrió exactamente, aparecen impedimentos en su investigación. Los mensajes que se suceden en los créditos iniciales de la serie: “Trust no one” (no confíes en nadie) y “The truth is out there” (la verdad está ahí afuera), más el póster que gobierna el pequeño despacho de los Expediente X en las oficinas de Quantico, con la imagen de un OVNI y la frase “I want to belive” (quiero creer), ya marcan de qué va el tema. Y el tema es que lentamente, cada vez más obsesionado por la desaparición de su hermana, Mulder va desentramando un plan de invasión alienígena de la Tierra que es tapado por una serie de personas de alto cargo y poder. Estas personas tapan lo que ocurre porque creen que la humanidad no tiene absolutamente nada que hacer frente a la invasión y lo que quieren es sobrevivir y conservar su estatus, de manera que incluso ayudan, en parte, a los invasores. Estos extraterrestres introducen un virus, el llamado “cáncer negro”, abducen a personas para experimentar y también intentan probar la posibilidad de fecundar a mujeres creando un híbrido entre humano y alienígena.

La evolución

Como ocurre con muchas cosas, The X-Files se alargó demasiado. Siete temporadas habrían sido suficientes. El interés de la serie sigue una curva de Gauss, pues si la primera temporada es interesante, a partir de la introducción de la trama principal en la segunda temporada y los caminos que esta va tomando, los Expedientes X adquieren un matiz distinto, deja de ser una serie interesante para ser una que consigue mantener diferentes temas en un vilo constante, en una goteo de información que en ocasiones despista, que parece que deje temas al aire constantemente, que no se sabe a dónde va (a menudo da la sensación de que sus guionistas van improvisando) y de que los protagonistas toman el relevo a la trama y su evolución lo ocupa todo, a medida que se van metiendo familias en medio. Sin embargo, creo que ahí radica una de las gracias de esta serie, una de las razones que la ha convertido con el tiempo en inimitable y que ha creado escuela: los Expedientes clasificados como X, son realmente eso, cosas irresolubles en gran parte, misterios que van más allá de la comprensión humana y que, por lo tanto, no permiten otra cosa que especular, que dar palos de ciego, que buscar piezas de un rompecabezas que no tienes ni idea de cuántas piezas necesitas y del que no tienes una foto para saber dónde va cada color. Además, la creciente tensión entre Mulder y Scully, que tiene uno de sus puntos culminantes en la película The X-Files: fight the future, del año 1998 (escrita por Chris Carter y dirigida por Rob Bowman, que es el director que se encargó de más capítulos a lo largo de todas las temporadas de la serie), esto es, entre la quinta y la sexta temporada, es un atractivo añadido que ha sido imitado en muchas series sin igual fortuna. La evolución de los dos protagonistas permite esta atracción creciente: dedican su vida a los expedientes X, pasan juntos una cantidad de tiempo increíble y además cada paso les supone descubrir cosas de ellos mismos y, sobre todo, ir cuestionando sus valores y sus creencias. Mulder deja de ser el Spooky del inicio para ir viendo que todo tiene una explicación, a pesar de que sigue gustándole la parte oculta de todo; y Scully se empecina en el método científico mientras sus estandartes van cayendo. También evolucionan Skinner, el Fumador y Krycek.

unnamed-6 Una vez que David Duchovny, movido por el éxito de la serie y de su personaje (salió también caracterizado en algún capítulo de The Simpsons), decidió abandonarla para tirarse al cine, sin demasiada fortuna pues no consiguió papeles importantes, The X-Files debería haber muerto con honores, pero no fue así. Estaban en la cresta de la ola, la séptima temporada fue la que más éxito tuvo y sus creadores y productores decidieron continuar y, para sorpresa de sus fans, siguieron con Gillian Anderson en el papel de Dana Scully y sustituyeron a David Duchovny por Robert Patrick, al carismático Fox “Spooky” Mulder por el aburrido y seco John Dogget . También se incorporó a un personaje, el de la agente Mónica Reyes (Annabeth Gish), intentando que tuviera feelling con Dogget. Incluso cambiaron la trama, ya no había investigación sobre invasión alienígena sino que todo se transformaba en una voluntad de los conspiradores para crear súper soldados en base a la combinación genética. No hubo química entre Patrick y Anderson, desapareció The Smoking Man, sin embargo, supongo que dándose cuenta de que no podían dejar morir la serie de pena en lugar hacerla morir de éxito, al final de la novena temporada todo vuelve a encajar un poco y Fox Mulder regresa para resolver lo que va a suceder: el 21 de diciembre de 2012 (día en que según alguien, algo pasado de marihuana e interpretando el calendario maya, predijo el fin del mundo)  llegaban los alienígenas. Y se acaba la serie.

Años después, demasiados y sin ninguna necesidad de ello, quizá más allá de que ni Duchovny ni Anderson ni Carter consiguieran despegar sus carreras, se hizo una décima temporada que no pude terminar, ya que después del segundo episodio vi que era algo abominable. Es como si Mark Hamill, al ver que no tenía éxito después de hacer de Luke Skywalker, decidiera sacar una nueva película lleno de botox y para no contar más que una historia sin ton ni son. De hecho, en la segunda película, titulada The X-Files: I want to belive (Chris Carter, 2008) se olvidaron del personaje de John Dogget, y Mulder y Scully ya viven juntos, desubicados en la nostalgia del niño que ella perdió para protegerlo y en la de lo que fueron (en este punto la película me parece interesante). Pienso que es un largometraje que no aporta lo suficiente, no tiene que ver con la serie ni con su final.

A pesar de este mal sabor de boca que dejó su cierre, a pesar de que cuando arranca la serie se hace extraña y tarda algunos capítulos en convencer, creo que para cualquier amante de series modernas, para entender qué son las series modernas y por qué adquieren el formato de mezclar tramas por capítulos con tramas de larga duración que se van desentrañando poco a poco, es necesario ver The X-Files. Pero también porque es una muy buena serie, de aquellas que uno no puede evitar recordar al ver otras o al pensar en las mejores series que ha visto.

The X-Files ganó el Globo de Oro a mejor serie dramática los años 1995, 1997, 1998 y 1999.

Gillian Anderson y David Duchovny ganaron el Globo de Oro a mejores actores en serie dramática en 1997, y fueron ambos nominados los años 1996, 1998 y 1999.

La serie cuenta con decenas de nominaciones y premios Emmy, así como una lista larga de otros premios a lo largo de 1994 (segunda temporada, primera de la trama principal) y hasta 1999 (séptima temporada, última de Duchovny).  

Martí R.A. ESCRITOR Y EDUCADOR SOCIAL.
@tearsinrain_